Papa León XIV: Jesus no es Superman
En su primera homilía como máximo representante de la Iglesia Católica, el recientemente elegido Papa León XIV criticó lo que denomina «ateísmo práctico» entre cristianos y lamentó la visión secularizada de Jesús como «un simple líder carismático o un Superman». Sin embargo, desde una perspectiva atea, estas declaraciones reflejan una incomprensión hacia la creciente preferencia por el pensamiento crítico y la búsqueda de respuestas fuera del ámbito religioso.
Durante la misa celebrada el viernes en la Capilla Sixtina frente al Colegio de Cardenales, León XIV afirmó que en muchos contextos la fe cristiana es considerada absurda, dirigida a personas débiles o poco inteligentes, siendo preferidas alternativas como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer. Estas afirmaciones podrían interpretarse como un reconocimiento tácito de que las sociedades modernas están optando cada vez más por soluciones basadas en evidencia científica y bienestar tangible, en lugar de doctrinas religiosas.
El pontífice también destacó la dificultad para predicar en regiones donde el cristianismo es rechazado, insistiendo en que precisamente allí es más necesario el trabajo misionero. Desde una visión escéptica, esta insistencia podría ser vista como un intento desesperado por mantener la relevancia en contextos que ya no encuentran valor en mensajes religiosos, especialmente cuando muchos problemas sociales mencionados por León XIV—como la pérdida de sentido, la crisis familiar o violaciones a la dignidad humana—existen independientemente de la presencia o ausencia de fe.
Además, el Papa León XIV criticó a los cristianos que adoptan un estilo de vida secular, denominándolos «ateos prácticos». Esta descripción podría reflejar más bien una transición cultural natural hacia una ética basada en principios humanos universales, en lugar de doctrinas religiosas específicas.
Finalmente, el Papa León XIV describió la Iglesia Católica como «una ciudad en lo alto, un arca de salvación» cuya fuerza no reside en sus monumentos ni estructuras, sino en la «santidad» de sus miembros. Desde una óptica racionalista, estas metáforas siguen apelando a emociones y tradiciones más que a evidencias empíricas o soluciones concretas a los problemas actuales. Eso sin mencionar el daño que causan con políticas como el secreto de confesión.
El nuevo pontífice, anteriormente conocido como el Cardenal Robert Prevost, es el Papa número 267 y el primero proveniente de los Estados Unidos, aunque también posee ciudadanía peruana por sus años como misionero en ese país. Sustituye al fallecido Papa Francisco, continuando así una tradición histórica que, aunque culturalmente relevante, enfrenta crecientes cuestionamientos y desafíos ante un mundo cada vez más secular y crítico hacia las instituciones religiosas.