Esta vida, en este mundo, es nuestro enfoque definitorio central. Cada uno de nosotros es responsable del bienestar colectivo de la humanidad, de otros seres y de los recursos de nuestro planeta compartido. Valoramos la libertad, la razón y la tolerancia, y es nuestra responsabilidad desarrollar este patrimonio para las generaciones venideras. Los Diez Compromisos representan nuestros valores y principios humanísticos compartidos que promueven un mundo democrático en el que se respeta, nutre y apoya el valor y la dignidad de cada individuo, y donde la libertad humana y la responsabilidad ética son aspiraciones naturales para todos.
Altruismo
“Ayudaré a otros en necesidad sin esperar recompensas”.
El altruismo es la preocupación desinteresada por el bienestar de otros seres vivos sin esperar recompensa, reconocimiento o retorno. El bienestar colectivo de nuestras comunidades y sociedad depende del bienestar de cada persona individual. Siempre debemos tratar de aliviar el sufrimiento y las dificultades de los demás con una acción compasiva. Al cuidar a los que nos rodean y apoyarnos unos a otros, reforzamos conexiones saludables y contribuimos al mejoramiento de nuestra comunidad, sociedad y el mundo.
Pensamiento crítico
“Practicaré el buen juicio haciendo preguntas y pensando por mí mismo”.
Como cada uno de nosotros es bombardeado con un flujo constante de información, puede ser un desafío decidir qué es preciso y verdadero. Pensar críticamente nos permite dar sentido a toda esta información y razonar nuestro camino hacia buenos juicios y soluciones efectivas a los problemas que enfrentamos mientras evitamos rigurosamente trampas como la racionalización, la conformidad y los estereotipos. Este proceso forma la base del método científico, que abre la puerta a nuevos descubrimientos a través de hipótesis y experimentación. El pensamiento crítico es una habilidad que requiere atención continua, práctica y reflexión. Ejercitar nuestras mentes para desarrollar estas habilidades nos permite desafiar los prejuicios en nosotros mismos y en los demás, allanando el camino para una perspectiva justa, de mente abierta y autónoma que fomenta una cosmovisión multicultural.
Empatía
“Consideraré los pensamientos, sentimientos y experiencias de otras personas”.
Empatía significa entrar imaginativamente en la situación de otro en un intento de comprender su experiencia como si la estuviéramos experimentando nosotros mismos. La empatía requiere que salgamos de nuestra propia perspectiva para considerar los pensamientos, sentimientos o circunstancias de otra persona desde el punto de vista de esa persona. En muchos sentidos, la empatía es el primer paso hacia el comportamiento ético, ya que nos permite responder con compasión al sufrimiento de los demás y ejercer un buen juicio cuando nuestras acciones pueden afectar a otra persona. Comprender la perspectiva de otra persona no solo es fundamental para construir mejores relaciones, sino que también nos convierte en mejores ciudadanos en nuestras comunidades locales y globales. La empatía promueve la tolerancia, la consideración y la compasión entre todos nosotros.
Ambientalismo
“Cuidaré la Tierra y la vida en ella”.
Independientemente de nuestras identidades individuales, todos compartimos el mismo hogar: el planeta Tierra. Así como dependemos del planeta para sustentarnos con sus preciados recursos, los ecosistemas de este planeta dependen de nosotros para ser buenos administradores y asumir la responsabilidad del impacto que la actividad humana tiene en nuestro planeta compartido. El desprecio por los impactos a gran escala que los humanos tienen en nuestro medio ambiente ha causado un gran daño a los ecosistemas de la tierra. A pesar de esto, la humanidad también es capaz de un cambio ambiental positivo que valore la interdependencia de toda la vida en este planeta. Cada uno de nosotros debe reconocer nuestros errores colectivos e individuales, reparar los daños del pasado y trabajar decididamente para cultivar ecosistemas ricos, diversos y resilientes.
Desarrollo ético
“Siempre me enfocaré en convertirme en una mejor persona”.
La clave para comprender el desarrollo ético es reconocer que nadie es perfecto ni tiene todas las respuestas. El desarrollo ético es un proceso interminable que requiere una constante reflexión y evaluación de nuestras elecciones personales y las consecuencias que tienen sobre los demás. La equidad, la cooperación y el compartir se encuentran entre los primeros problemas morales que encontramos en nuestro desarrollo ético como seres humanos y, a menudo, se aceptan intuitivamente, pero cada nuevo día trae consigo nuevos desafíos y nuevos dilemas morales. Debemos adaptar y reconstruir continuamente nuestros marcos morales con el objetivo de convertirnos en seres humanos cada vez mejores.
Conciencia global
“Seré un buen vecino para las personas que comparten la Tierra conmigo y ayudaré a hacer del mundo un lugar mejor para todos”.
Vivimos en un mundo que es rico en diversidad cultural, social e individual, un mundo con una interdependencia cada vez mayor. Como resultado, es más probable que los eventos en cualquier lugar tengan consecuencias en todas partes. La conciencia global amplía nuestro conocimiento de culturas y perspectivas que están fuera de nuestra propia experiencia. Una verdadera conciencia global incluye la atención a los eventos actuales e históricos, y reconoce cómo afectamos, y cómo somos afectados por, los sistemas sociales, políticos y económicos interconectados en los que residimos. El objetivo final de la conciencia global es la ciudadanía global, que reconoce nuestra responsabilidad personal de fomentar una vida sana y digna para todos en nuestra comunidad global.
Humildad
“Seré consciente de mis fortalezas y debilidades, y apreciaré las fortalezas y debilidades de los demás”.
Humildad significa mostrar modestia acerca de los logros, talentos, dones o la importancia de uno mismo. Reconoce que los humanos somos falibles y tenemos limitaciones en lo que sabemos y podemos hacer. Ser humilde no se trata de tener baja autoestima o denigrarse a uno mismo. La humildad en su esencia es una sólida autoconciencia: conciencia de nuestras fortalezas y debilidades, nuestras fallas y nuestros méritos. La humildad implica dejar de lado el orgullo personal y superar nuestros egos para abrazar la gratitud por lo que tenemos y apreciar a los demás por lo que son. Al ser humildes, reconocemos nuestro propio valor en relación con los demás; inherentemente, no somos ni mejores ni peores que los demás.
Paz y Justicia Social
“Ayudaré a las personas a resolver problemas y manejar desacuerdos de manera justa para todos”.
La verdadera paz implica un intenso compromiso con la justicia social y afirma los derechos humanos y la autonomía personal de todas las personas. Cualquier nivel de injusticia contra grupos o individuos significa conflicto existente, incluso si el conflicto no es inmediato ni obvio. Alcanzamos la paz solo respondiendo consistentemente a la injusticia a través de una resolución reflexiva de conflictos que tiene como objetivo reparar los daños y garantizar el avance de una sociedad justa y equitativa. Este tipo de resolución de conflictos se conoce como justicia restaurativa. Para lograr una sociedad justa y pacífica, todos debemos tomar en serio las denuncias de injusticia y asegurarnos de que aquellos que se ven más afectados por las violaciones de derechos determinen el mejor camino a seguir.
Responsabilidad
“Seré una buena persona, incluso cuando nadie esté mirando, y seré responsable de las consecuencias de mis acciones”.
Todos los días, cada uno de nosotros toma decisiones. Estas elecciones, grandes y pequeñas, tienen consecuencias, para nosotros y para el mundo que nos rodea. La responsabilidad moral implica tomar posesión consciente de las propias intenciones y acciones, y ser responsable de las consecuencias resultantes. Aunque todos vivimos en una sociedad con diversos valores culturales, expectativas, códigos de conducta y costumbres sociales, en última instancia, todos decidimos por nosotros mismos lo que está bien y lo que está mal. Ser una persona responsable implica una atención constante a lo que es correcto y asumir deliberadamente la culpa o el elogio de nuestras propias acciones.
Servicio y Participación
“Ayudaré a mi comunidad de maneras que me permitan conocer a las personas a las que estoy ayudando”.
Servicio y participación significa poner los valores en acción de manera que impacten positivamente en nuestras comunidades y la sociedad en su conjunto. Fomenta ayudar a los demás, aumentar la conciencia social, mejorar la rendición de cuentas y muchos atributos de los otros nueve compromisos. Participar en el servicio no solo mejora la situación de los destinatarios, sino que aquellos que sirven pueden desarrollar nuevas habilidades, experiencias y satisfacción personal que promuevan el crecimiento personal. Todos debemos reconocer que somos miembros de un grupo, y participar en el servicio para beneficiar al grupo y a los demás individuos en él nos hace estar mejor a todos.